PAISAJE URBANO NATURAL

        Entre las condiciones de una ciudad que deben ser sustentables está el paisaje natural porque es un patrimonio que debe protegerse armonizando la obra humana con la naturaleza, respetando el derecho de la comunidad urbana de disfrutarlo sin restricciones.

El paisaje natural de una urbe está configurado por áreas y formas naturales que se ubican dentro o fuera de ella, en lugares próximos o lejanos y que hacen toda la estructura física natural que la enmarca y caracteriza junto con sus áreas de expansión, composición percibida visualmente a través de la atmósfera que le es propia y única.

Los elementos tanto con cualidades estéticas o emblemáticas como los de aspecto destacado o que definen la ‘línea del cielo’ del paisaje natural deben ser tratados mediante acciones de protección y mantenimiento, con la indispensable preservación de sus características y de las visuales que se pueda tener hacia ellos para ser observados desde la mayor distancia posible.

Existan o no normativas de protección del paisaje urbano natural, el mínimo criterio determina que ninguno de esos elementos debería ser afectado por obras en ellos que alteren sus atributos vulnerando cualquier valor paisajístico que tengan. En esos casos, la única posibilidad de recuperación es la demolición de las obras impuestas que han ignorado el bien común.

Los componentes del paisaje natural alejados de una ciudad valorados por su grandiosidad que los hace parte esencial de la imagen de la una ciudad deben poder ser vistos desde diferentes direcciones con el marco armónico de las obras urbanas, arquitectónicas y urbanísticas.

 

Carlos Calvimontes Rojas