CASCO GRIEGO

Carlos Calvimontes Rojas

Reseña

Aunque la Anábasis generalmente se ha entendido como la Expedición, Retirada o Marcha de los Diez Mil, por una parte 'anábasis' en forma estricta significa 'incursión', entendida ésta como la "expedición al interior" o, lo que es lo mismo, la "penetración armada en territorio enemigo" [lo contrario de 'catábasis', "expedición hacia el mar"]; y, por otra parte, esas manidas expresiones sólo se refieren al número de griegos que, comandados por Jenofonte, se batieron en retirada. En cambio, fueron casi 14.000 los mercenarios griegos reclutados.

Aunque hay otras obras con el mismo nombre, la Anábasis es, por antonomasia, la de Jenofonte. Tiene un gran interés histórico, cultural, militar y geográfico. Su ilustrativa descripción de situaciones, pueblos, enfrentamientos y lugares le dio gran fama en su época y, por siglos, no ha perdido su atractivo. Especialmente es emotivo el momento cuando lo griegos alcanzan a ver el final de sus penurias con el grito más famoso de todos los tiempos y que resuena hasta ahora: "¡Thalassa! ¡Thalassa!" ("¡El Mar! ¡El Mar!).

El contenido

Relato de la incursión de Ciro el Joven al interior del Asia Menor, con el propósito de arrebatar el trono a su hermano el rey de Persia, Artajerjes II, y del retorno a Grecia de los mercenarios que habían estado bajo su mando.

Ciro formó un ejército de persas y mercenarios griegos, partió del occidente del Imperio Persa, en dirección al río Éufrates hasta llegar a Cunaxa, donde murió y fue derrotado su ejército.

Los mercenarios griegos quedaron invictos; pero, por el asesinato de sus principales comandantes por los persas de Artajerjes, eligieron a Jenofonte para que conduzca su retorno a Grecia.

Tras muchas penurias y enfrentamientos con diferentes pueblos llegaron a colonias griegas a orillas del Mar Negro. Finalmente, sin dejar de tener conflictos, pudieron alcanzar su lugar de origen.

Al haber sido el recorrido de los griegos tan prolongado y por lugares muy diversos, circunvalando prácticamente todo el Asia Menor, su cartografía es indispensable para disfrutar mejor el relato que hace Jenofonte.

El autor

Jenofonte, del demos de Erquia y nacido en Atenas hacia el año 430 a. C., vivió casi ochenta años. Desde su juventud hizo muchos viajes, siendo el más importante el de la expedición de Ciro el Joven, al que se incorporó como cronista de guerra, cuando tenia unos treinta años.

Su participación en esa empresa y en otras apoyadas por Esparta, incluso en contra de Atenas, le obligo a un largo exilio. Tuvo temprano en su vida la influencia de Sócrates y, luego de ser un nombre de acción, fue un intelectual, el escritor más universal de su época.

Entre lo que escribió, sobre historia, política, moral, economía y técnica, se encuentra su propia versión sobre la expedición de Ciro y el retorno del ejército griego que él mismo condujo y que titulo Anábasis, Al hacer la narración en tercera persona, hace gala de objetividad y modestia.

Los mercenarios

Para acompañar al ejército de Ciro que, al llegar al campo de batalla, tenía unos cien mil hombres, los griegos que se reunieron en Sardes llegaban a 8.100. En Colosas aumentaron a 9.700, en Celenas a 13.000, y en Iso llegaron a casi 14.000 que fueron los que llegaron a Cunaxa.

Emprendieron el regreso algo más de 10.000 y a la griega Cerasunte arribaron 8.600, como consecuencia de los combates, el hambre y el frío, y también por la reducción de su número debido al viaje por mar que emprendieron algunos en Trebisonda.

En Heraclea ya eran solamente 8.100 y luego perdieron 500 en el encuentro con Farnabazo. Finalmente llegaron unos 6.000 a la región de donde habían partido, tanto por las pérdidas sufridas en la Plafagonia y en la Bitinia, como por la dispersión que se produjo a partir de Bizancio.

El viaje

El recorrido que realizaron los soldados griegos se inició an Sardes, probablemente en abril del 401 a.C. Después de caminar unos 2.000 km llegaron al río Éufrates y después en dirección sureste hicieron otros 800 km hasta Cunaxa, el campo de batalla, donde llegaron entre agosto y septiembre del mismo año.

La retirada hacia al noroeste permitió que en febrero del 400 a. C. vieran el Mar Negro y poco después arribaran a la griega Trebisonda para luego, por mar y tierra, proseguir hacia el occidente hasta el Dardanelos, cruzar a Europa y acabar en la parte más occidental del Asia Menor.

La marcha que hicieron de Cunaxa a Cotiora se calcula en 2.400 km. De ahí al Quersoneso y Pérgamo fueron otros 1.500 km. El recorrido se terminó en julio del 400 a. C., después de quince meses de viaje, con un total de unos 6.700 km distancia parecida a la que se haría, caminando, entre la Ciudad de México y La Paz en Bolivia.

La difusión

Aunque nada puede reemplazar su lectura, la Anábasis ha sido materia de trabajos en diferentes géneros, formatos y estilos, en ensayos, resúmenes, paráfrasis, reseñas, síntesis...

En medios gráficos y con las cada vez mejores posibilidades de la tecnología digital, ha sido producida por una parte en historietas y juegos de rol; y, por otra, en videojuegos y documentales de creación.

Además, ha inspirado novelas como El ejército perdido sobre una supuesta amante de Jenofonte, y la que ambientada en la actualidad sirvió para hacer la película The Warriors (Los amos de la noche).

El cine ha demorado mucho en aprovechar su riqueza argumental que, por transmitir hechos reales, supera la ficción en la que se basaron algunas de las grandes producciones cinematográficas.

 

Como un estímulo a la lectura de la obra ―ahora disponible en forma gratuita en Internet―, aquí se ofrece el :

 

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